Para muchos padres, la primera cucharada de zanahorias es un hito simbólico: un momento lleno de esperanza y de grandes preguntas. ¿Cuándo es el momento adecuado? ¿Por dónde empezar? ¿Cómo reaccionar cuando tu pequeño se niega a comer? Esta etapa genera muchas dudas y puede ser una fuente de estrés innecesario.
Para ayudar a los padres a afrontar este período crucial con atención plena y serenidad, hablamos con Halina Dudek, experta en nutrición de bebés y niños pequeños de BoboVita, sobre las normas, los mitos y los consejos prácticos para ampliar la dieta de un niño.
¿Cuándo empezar? Una ventana de oportunidad clave
Una de las preguntas más importantes se refiere al momento de introducir nuevos sabores. Según las recomendaciones actuales de los expertos, existe una "ventana" definida con precisión:
"Debemos empezar a ampliar la dieta de un niño no antes de las 17 semanas de edad ni después de las 26 semanas", explica Halina Dudek.
Para los bebés alimentados exclusivamente con leche materna, la OMS afirma claramente que la leche materna cubre todas las necesidades nutricionales durante los primeros 6 meses. No se recomienda introducir alimentos sólidos antes del final del cuarto mes, ya que el sistema digestivo y los riñones del bebé aún no están preparados. Empezar demasiado tarde (después de la semana 26) puede aumentar el riesgo de deficiencias (p. ej., de hierro) y dificultar la aceptación de nuevas texturas.
Verduras antes que frutas: La regla de oro para empezar
El orden de introducción de los alimentos es crucial. La regla clave es: empezar con las verduras.
"Todos nacemos con una preferencia natural por los sabores dulces. Por lo tanto, si primero le damos a nuestro bebé fruta o cereales que le atraigan de esta manera, será mucho más difícil introducir las verduras más adelante", explica la experta.
Solo después de una o dos semanas de que el niño se familiarice con el sabor de las verduras (zanahorias, brócoli, patatas), podemos introducir la fruta, como complemento de la dieta, no como sustituto. Después llega el momento de los cereales (cereales, papillas) y, más tarde, la carne, el pescado y los huevos.
¿Cómo introducir nuevos alimentos? Paciencia y observación
Ampliar la dieta de un niño es un proceso que requiere tiempo y paciencia.
- Consistencia: Al principio, las comidas deben tener una consistencia suave y homogénea (puré), similar a la que el niño está acostumbrado. Gradualmente, alrededor de los 7-8 meses, introducimos los trocitos para enseñar al pequeño a morder y masticar.
- Cantidad: Comienza con pequeñas cantidades, una o dos cucharaditas, para que el cuerpo del niño se acostumbre a la nueva experiencia.
- Paciencia: "A veces, un niño pequeño necesita probar un sabor en particular varias veces antes de aceptarlo", recuerda Halina Dudek. No te desanimes si hace una mueca después de la primera cucharada.
- Observación: Después de introducir un nuevo producto, observa la reacción del niño. Ofrécele los nuevos alimentos uno a uno, cada pocos días, para que, si se produce una reacción alérgica, se pueda identificar fácilmente el origen.
¿Cocina casera o comidas preparadas? La seguridad es lo primero
Muchos padres se enfrentan al dilema de cocinar sus propios alimentos o usar comidas preparadas en frasco. La experta enfatiza que la calidad y la seguridad de los ingredientes son clave.
"Los alimentos para bebés y niños pequeños (...) deben cumplir estándares muy estrictos. Su consistencia y composición se adaptan perfectamente a las necesidades del pequeño en esta etapa de desarrollo", afirma Halina Dudek. Estos productos, etiquetados con una indicación de edad (p. ej., "después de los 6 meses"), se someten a cientos de pruebas de calidad. Los estándares de pesticidas en verduras y frutas destinadas a bebés, por ejemplo, son hasta miles de veces más estrictos que los de los alimentos para adultos. Esto ofrece a los padres la seguridad de que están proporcionando a su hijo un producto seguro, probado y equilibrado.
Cuando un bebé no quiere comer: La regla de oro de los padres
Una de las mayores frustraciones para los padres es negarse a comer. ¿Qué deben hacer entonces?
"Nosotros decidimos qué y cuándo comerá su bebé, pero su bebé decide cuánto" es una regla fundamental que vale la pena recordar. Nunca fuerce a su hijo a comer. Cree un ambiente tranquilo y sin distracciones. Recuerde que el apetito de un niño puede fluctuar y que la reticencia puede deberse a la dentición o a un mal día.
Un llamado a los padres: Sin estrés y paciencia
Estimados padres, ampliar la dieta de su hijo es una aventura fascinante y un paso importante para desarrollar hábitos alimenticios saludables que durarán toda la vida.
- Confíe en las reglas: Cíñase a la semana 17-26 y comience con verduras.
- Sea paciente: Dé tiempo a su hijo para que se acostumbre a nuevos sabores y texturas.
- No compare: Cada niño se desarrolla a su propio ritmo.
- Concéntrese en la calidad: Elija productos seguros y de eficacia comprobada, ya sea de una fuente confiable o comidas preparadas con información apropiada para cada edad.
- Disfrute de este momento: No es una prueba, sino un descubrimiento compartido. Su tranquilidad y actitud positiva son lo más importante para su hijo.
Este artículo se basa en una conversación con Halina Dudek, experta en nutrición infantil de BoboVita, realizada en el marco del CLUUb del Niño Saludable.