Piel del bebé: delicada, sensible y requiere cuidados especiales. El profesor Andrzej Kaszuba ofrece consejos a los padres.

Skóra maLUUszka: delikatna, wrażliwa i wymagająca specjalnej troski. Prof. Andrzej Kaszuba radzi rodzicom.

La infancia es una etapa en la que examinamos detenidamente cada centímetro de la piel de nuestro hijo, y cualquier cambio (granos, enrojecimiento, descamación) puede ser motivo de gran preocupación. ¿Es esto cierto? ¿Cómo podemos distinguir las dolencias inofensivas y pasajeras de las señales que requieren atención? En el Club LUUdzik Saludable, recibimos a un distinguido especialista: el Prof. Dr. hab. n.m. Andrzej Kaszuba, reconocido dermatólogo con muchos años de experiencia, autor de publicaciones y consultor nacional. Hablamos sobre las particularidades de la delicada piel del recién nacido y sus problemas comunes, como la erupción por calor, la costra láctea y el acné infantil, explicando sus causas y ofreciendo consejos sobre cómo cuidar adecuadamente la piel del bebé.

¿Por qué la piel del bebé es tan única?

Lo primero que debemos entender es que la piel de un recién nacido y un bebé difiere significativamente de la de un adulto. Como enfatiza el Prof. Kaszuba, su maduración completa es un proceso que lleva años.

"La piel [...] madura (...) a menudo, esta maduración de la epidermis, la dermis e incluso el tejido subcutáneo continúa hasta el tercer, cuarto o incluso quinto año de vida", explica el experto. ¿Qué significa esto en la práctica?

  • Barrera protectora más delgada: La epidermis es más delgada y su estrato córneo, la principal barrera protectora contra factores externos, está menos desarrollado. Esto hace que la piel sea más permeable y susceptible a la irritación. "Esta sensibilidad genética es importante porque algunos niños pueden tener la piel más sensible, otros menos, pero en general, la sensibilidad de la piel a esta edad (...) es muy alta".
  • Glándulas inmaduras: Las glándulas sudoríparas y sebáceas aún están aprendiendo a funcionar correctamente. Esto puede provocar que se obstruyan con mayor facilidad (sudorosis) o una producción excesiva de sebo (costra láctea).
  • Mayor sensibilidad: La piel de un bebé es más reactiva a factores externos: temperatura, humedad, cosméticos, detergentes y materiales de la ropa.

Los problemas de piel más comunes en recién nacidos y bebés: Guía para padres

Si bien cualquier cambio en la piel de un bebé es motivo de preocupación, muchos son temporales e inofensivos. El profesor Kaszuba analiza los más comunes:

  • Acidez estomacal (miliaria): Pequeñas ampollas o granitos que suelen aparecer en los pliegues de la piel, el cuello, la espalda o el pecho. "Suele deberse al sobrecalentamiento del bebé", explica el profesor. Se deben a la obstrucción de las glándulas sudoríparas inmaduras. Pueden ser blancas (miliaria cristalina, superficial, como "gotas de rocío") o rojas, más inflamadas (miliaria rubra, más profunda). Suelen resolverse por sí solas tras proporcionar circulación de aire y evitar el sobrecalentamiento.
  • Acné neonatal: Pequeños granitos y puntos negros, principalmente en la cara (mejillas, nariz y frente). "Se asocia con la transferencia de hormonas de la madre", explica el experto. Se trata de una afección temporal que suele remitir por sí sola en pocas semanas o meses y no requiere tratamiento especial, solo una higiene suave. Es importante distinguirla del acné del bebé, que puede aparecer más tarde (después del tercer mes) y ser más grave.
  • Costra láctea (dermatitis seborreica del cuero cabelludo): Escamas amarillentas y aceitosas que forman una "costra" en el cuero cabelludo, a veces también en las cejas. Se debe a la sobreproducción de sebo por parte de glándulas inmaduras, a menudo influenciada por las hormonas maternas. Generalmente es inofensiva. Requiere lubricación regular (por ejemplo, con aceite o productos especiales), cepillado suave con un cepillo suave después de ablandar las escamas y lavado con un champú suave. "La costra láctea puede acompañar al bebé a partir de la tercera o cuarta semana de vida", añade el profesor Kaszuba.

Dermatitis Atópica (DA): Signos Tempranos y el Rol de la Genética

La piel seca significativa debe ser motivo de especial preocupación, ya que puede ser el primer signo de predisposición atópica. "La piel seca (...) se basa en la atopia, es decir, la piel atópica, que se caracteriza por defectos en la estructura de ciertas proteínas epidérmicas, en particular la filagrina", explica el profesor.

La DA es una enfermedad crónica de origen genético, pero sus síntomas (sequedad, picor intenso, cambios inflamatorios: enrojecimiento, pápulas, erosiones) suelen estar desencadenados por factores ambientales. El profesor Kaszuba llama la atención sobre la creciente incidencia de las enfermedades atópicas, calificándolas de "la epidemia del siglo XXI". "El aumento de las enfermedades atópicas (...) es enorme. El 30% de la población tiene causas atópicas para sus problemas", afirma. La costra láctea persistente, especialmente si se acompaña de piel seca en otras zonas (por ejemplo, mejillas, codos y rodillas), debe ser motivo de consulta médica.

Cuidado de la piel del bebé: Principios clave

¿Cómo cuidar una piel tan delicada? El profesor Kaszuba aconseja:

  • Lavado suave: El baño no tiene por qué ser diario. Lavarse con demasiada frecuencia, especialmente con jabones tradicionales, altera la barrera protectora natural. Basta con lavarse los pliegues y las zonas íntimas a diario, y un baño completo cada 2 o 3 días con syndets suaves o limpiadores emolientes (productos sin jabón con un pH similar al de la piel) es suficiente.
  • Evitar el sobrecalentamiento: Esta es la base para prevenir el sarpullido por calor. Ajuste la ropa de su bebé a la temperatura y elija tejidos naturales y transpirables.
  • Hidratación e hidratación (cuando sea necesario): La piel sana del recién nacido no suele requerir cosméticos adicionales. Sin embargo, si la piel es seca, propensa a la irritación o atópica, es fundamental usar regularmente emolientes: productos que hidratan, lubrican y reconstruyen la barrera cutánea.
  • Protección solar: La piel del bebé es muy sensible a la radiación UV. Evite la exposición solar directa y utilice ropa adecuada y protectores solares minerales diseñados para bebés.
  • Una dieta prudente (para niños con tendencia a la atopia): En niños con riesgo de dermatitis atópica, conviene introducir con cuidado nuevos alimentos y vigilar las reacciones cutáneas. El profesor Kaszuba menciona el posible impacto de una dieta que estimula la liberación de histamina (p. ej., cítricos, chocolate, ciertos quesos) en la exacerbación de los síntomas.

¿Cuándo es necesaria una visita al dermatólogo?

Aunque muchos cambios son fisiológicos, se recomienda consultar al médico cuando:

  • Las lesiones cutáneas son graves, persistentes o preocupantes.
  • La piel está muy seca, agrietada y escamosa.
  • Hay picor intenso y el niño se rasca hasta sangrar.
  • Aparecen lesiones inflamatorias y supurantes, y se sospecha una infección bacteriana (supuración).
  • Los padres tienen dudas sobre el diagnóstico o los cuidados.

"Si la madre nota algún síntoma en la piel (...), debe consultar a un médico, quien determinará (...) el tratamiento a seguir", aconseja la profesora Kaszuba.

Un llamado a los padres: Observación, calma y cuidado sensato

Estimados padres, la piel de su pequeño es excepcionalmente delicada y está aprendiendo a desenvolverse en un nuevo entorno. Obsérvela atentamente, pero no se asuste. Recuerde las reglas básicas de cuidado: evitar el sobrecalentamiento, lavar con suavidad e hidratar según sea necesario. No experimente excesivamente con los cosméticos. Y si le preocupa, no dude en consultar a un pediatra o dermatólogo pediátrico. Su actitud tranquila y sensata es la mejor manera de apoyar la salud de la piel de su pequeño.

Este artículo se basa en una entrevista con el profesor Andrzej Kaszuba, MD, PhD, especialista en dermatología, realizada como parte del CLUUb del Niño Saludable.


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prof. dr hab. n. med. Andrzej Kaszuba

Durante muchos años, se ha dedicado a la dermatología pediátrica, siendo autor y coautor de libros sobre este tema, incluyendo un léxico de dermatología pediátrica en tres volúmenes, publicado recientemente. Fue consultor nacional en dermatología, durante mucho tiempo jefe de la Clínica Militar de la Academia Médica y la Universidad Médica de Lodz, jefe de la Clínica de Dermatología, Dermatología Pediátrica y Oncología de la Universidad Médica de Lodz, y actualmente se desempeña como consultor en el Departamento de Dermatología, Dermatología Pediátrica y Oncología del Hospital Provincial Władysław Biegański de Lodz. Es autor y coautor de más de 400 publicaciones científicas, tanto nacionales como internacionales.